YO PODRÍA… YO HUBIESE PODIDO… FRAGMENTO DE MI NUEVO LIBRO DE POEMAS
YO PODRÍA…
YO HUBIESE PODIDO…
I
Yo hubiese podido
Yo podría volver a ser
la misma de antes.
Imposible.
Porque tuve a mi Madre
Muerta en mis brazos.
II
Cuando me asesinó
mi Madre
el médico traidor
yo hubiese podido
Volver a ser
la misma de antes.
III
No se ahorcó de remordimientos
No, siguió viviendo feliz
El médico Traidor
Yo podría
Yo hubiese podido
seguir siendo
la misma de antes.
IV
Pero no,
El asesino no se ahorcó de remordimientos
preparó su defensa
temeroso y cobarde
pidiendo ayuda a derecha e izquierda
y encontró cómplices, de esos
que se llaman “profesionales de la justicia”
Esa que se practica en Francia
con ayuda de billetes bancarios.
Se aseguran los crímenes
Se mata sin consecuencias
Se asesina sin remordimientos.
Ellos dicen al unísono
De frente y bien seguros
al “Consejo del Desorden”
“¿Qué nos importa?”
No, el asesino de mi madre no se ahorcó
de remordimientos.
V
Sin sentirse culpable
Eso fue lo peor,
él, y sus cómplices
La Portera
el asesino número 2
y sus dos cómplices
Se sintieron aliviados
Potentes
Inamovibles
furiosamente contentos
de sus hechos diabólicos
sin bisturí
sin revolver
sin testigos
¡Pero, qué potencia fabulosa!
El poder torturar a una anciana
sumida en el dolor de una agonía
de esas que no se terminan
De esas agonías que retuercen el cuerpo dolorido.
VI
Cuando me mató a mi madre
sin bisturí
sin revolver
qué proeza grandiosa
El conocimiento
Brutal de la Nada
Absorbió mi mente
desgarró mi alma.
VII
Sin mi Madre
Que yacía muerta
en mis brazos
El desgarro
Violento y despiadado
Formó y lanzó
la hemorragia
que inundó ríos y mares
tierras baldías
Terrenos sin nombre
países enteros
se regaron de su sangre.
VIII
Yo hubiese podido
Yo podría
volver a ser la misma de antes.
Imposible.
IX
Sin mi Madre
hematomas cubrieron mi cuerpo
No como los de ella
Los míos cubrieron invisibles
Mi cuerpo ya insensible.
X
Sin mi Madre
Muerta en mis brazos
Hematomas cubrieron mi cuerpo
Y rasguños cubrieron mi faz
Invisibles para todos
Dolorosos para mí.
XI
Cuando me mató a mi Madre
el “Médico-Traidor”
La hemorragia
Reventó
A borbotones
Invisibles
Imperceptibles
Llenó el cuerpo
y eso que llaman alma.
Indolora
Invisible
Se acaparó e inundó
todos los tiempos verbales
La Hemorragia.
XII
La Hemorragia
Reventó a borbotones
Creó su propio mundo
Confundió
Todos los tiempos verbales
Se confundieron todos
mezclándose
en un idioma incomprensible
al oído humano.
XIII
Podría refugiarme en un rezo
Podría encontrar abrigo
En una oración
de esas aprendidas en la infancia
Una oración infinita
Yo hubiese podido
Crear versos
Poemas interminables
hechos de palabras angustiosas.
Comenzó un duelo eterno.
XIV
No
Yo, inconsolable
De su muerte
Estrellándose
contra muros y ventanas
Los versos estallaban
si dejarse atrapar
por plumas y teclados
que huían
Aterrorizados.
XV
Los versos
Ante la muerte de mi Madre
Se estrellaban
contra muros rechazando verbos
Mutilando frases
Incomprensibles
al oído humano
rechazaban el Pasado Simple de la infancia
Y, el Presente
hecho solo de dolor y muerte.
XVI
Mis versos se sumían en el Pasado Imperfecto
De una juventud que huía
En el Pasado Perfecto de la madurez
en el Futuro Próximo
de mi propia muerte.
XVII
Podría ensayar un rezo
Prender bujías ante el altar
Recogerme en una interminable meditación.
Podría, es cierto, ensayar un rezo
un ritual religioso
Una plegaria infinita
De la mañana a la tarde
Bien entrada la noche
Yo podría
Yo hubiese podido…
XVIII
Pero, yo tuve a mi Madre
muerta en mis brazos.
XIX
No, el médico traidor
No se ahorcó
Sin remordimientos
Siguió su vida feliz
Sigue su vida feliz e impasible.
Yo hubiese podido…
Yo podría…
Imposible
Porque tuve a mi Madre
Muerta en mis brazos.
XX
La Hemorragia
Brotando a borbotones
Mezcló tiempos verbales
E inundó tierras baldías
Ríos y mares
Terrenos y países enteros
Es por eso, ven ustedes
que yo hubiese podido
yo podría…
Imposible.
In, Poemas del fin.
Carmen Florence Gazmuri Cherniak
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