PROLONGACIÓN DE LA VIDA
PROLONGACIÓN DE LA VIDA
Estimados Lectores de lengua hispana:
He estado releyendo las obras de Jean AMERY, nadie lo conoce ni lo lee, que algunos expertos en filosofía lo hayan leído no tiene la más mínima importancia; lo que sí tendría valor es que esos profesorcillos lo hiciesen con conocer a su alumnado para que se tome conciencia, de lo que significa el envejecimiento, sobre todo en esta época de vértigo, donde lo efímero y lo superficial toman la primacía de eso que llamamos la vida.
Los científicos, sobre todo los médicos están convencidos de que han avanzado considerablemente “alargando la vida” de la humanidad; grave error, lo que han logrado, es que en el estado de la vejez declarada – un médico me dijo que científicamente la vejez se declara a los 75 años-lo que han hecho es prolongar la vida para que los pobres viejos se observen declinar en enfermedades que ensayan vanamente de subsanar, lo que hacen los médicos es prolongar eso que llaman “la vida”, a costa de toneladas de medicamentos; pura química que los cuerpos envejecidos deben tragar para prolongar lo más posible una vida ya bien hecha añicos por las múltiples enfermedades de la vejez.
Que generaciones de viejos, como ejemplo mundial, los viejos centenarios de Okinawa, que viven sin ningún problema de salud, es una excepción que no interfiere en la norma; dejémoslos pues, al margen.
Lo mismo ocurre con generaciones de viejos naturalmente longevos, que no tienen casi ningún problema de salud, o que si los tienen, estos no les obliga a ingerir toneladas de remedios, lo que viví con Mama y casi toda mi familia materna. Fueron longevos sin problemas de salud notable.
Interferir contra la naturaleza, es allí donde está el error.
Para resumir el problema práctico, veamos quienes son los que ganan en esta proeza científica de “alargar la vida”.
En primer lugar, los médicos, sacando la cuenta, de lo que ganan, aquí en Francia, si tomamos el ejemplo mínimo de una consulta básica de un generalista, en clase 1; la consulta se factura a 25€.
Dado que el “protocolo” exige que un médico no le dé más que 15 minutos a cada paciente, y que trabajan en cadena, para acumular lo más posible; son la órdenes de la “seguridad social», si trabajan de las 9 de la mañana hasta las 19h. de la tarde, saquen la cuenta; se hacen por lo menos 1000€ diarios, lo que les da por semana, si trabajan de lunes a viernes, 5000€ y al mes los médicos se ganan la modesta suma de 20.000€ mensuales, claro que deben pagar los impuestos y el alquiler de la consulta, pero cuando se las arreglan para agruparse en consultas en grupo, los impuestos se comparten entre compadres de la misma mafia.
El segundo gremio que gana con esa famosa “prolongación de la vida”, son las industrias farmacéuticas, las que se entienden muy bien con los médicos; esta cadena de explotadores de pobres entes idiotas que, están convencidos de que tragando química van a vivir mejor y que llegarán a centenarios.
Cuando voy a la farmacia, a comprar mi homeopatía y mis frasquitos de fitoterapia, que me cuestan una fortuna para mi miserable jubilación, los que por supuesto, siendo plantas, no son reembolsadas por la Seguridad social, porque según los médicos premios Nobel, eso no sirve para curar porque según ellos, la fitoterapia no es más que “agua en botella.”
Como les digo, cuando voy a la farmacia, me quedo espantada viendo como la gente sale con sacos de remedios; las recetas que presentan al farmacéutico son verdaderos papiros que no tienen fin.
Cuando ya más avanzados en sus enfermedades, que ensayaron de paliar con recetas interminables que de nada les sirven ante la vejez, vienen en su “ayuda” el tercer gremio que se enriquece gracias a los viejos, aquí en Francia son los EHPAD, pero se hacen pasar por empresas ALTRUISTAS que “ayudan “a las familias a liberarse de la “carga” de sus padres ancianos, ¡tan molestosos qué son ellos!, que les impiden trabajar y seguir produciendo.
Los EHPAD, verdaderos garajes donde tiran a los padres que les dieron la vida y que los formaron como hombres y mujeres hechos y derechos, para que una vez ancianos, cuando no son más que según ellos, buenos a tirar al centro de desperdicios humanos, para que el cuarto gremio de estos aprovechadores, los mantengan en la ilusión de que vivir ancianos es una proeza, es así como acuden en masa, «para ganarse la vida”: LOS AYUDANTES, LAS DOMÉSTICAS que acuden a estos centros de la ancianidad, antesala de la MUERTE, y que, según ellos, reemplazan a los hijos.
Les recomiendo leer sin tardar el libro Du vieillissement de Jean Améry.
Debería ser un libro obligatorio para las clases de Terminal y que debería figurar en el programa del bachillerato de filosofía.
Hasta pronto.
Carmen Gazmuri
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