LA FILIACIÓN LOS BASTARDOS
LA FILIACIÓN
LOS BASTARDOS
Estimados Lectores de lengua hispana,
Las feministas podrán gritar y patalear todo lo que quieran, nada podrá borrar lo que ellas saben y que en público no aceptarán jamás: la importancia intrínseca que existe para todo ser humano DE TRAER AL MUNDO CRÍOS RECONOCIDOS POR EL PADRE, esta no es otra que el respeto que se desprende de su perfecta filiación reconocida por el padre y la madre y que sean ambas respetadas.
¡La paternidad es la que les pone problemas!
Lo que afirmo es una verdad incontestable.
De lo contrario, no se esforzarían por todos los medios de lograr que se les reconozca la paternidad de hijos que traen al mundo tachado de bastardos.
Yo no soy feminista de salón ni de combate público, porque desde siempre me he sentido atada a la ley y admiradora de TEMIS y esta diosa adorada viene en nuestra ayuda por medio de la ley que ella aplica con sus ojos vendados. Cuando se adquieren leyes uniformes sin privilegio de género, estamos protegidas, cuando el favoritismo empuja la balanza, ya sea para privilegiar a unos, pero desventajando a otros, hay desequilibrio y menoscabo a la ley y personas.
En lo que han errado en sus luchas, las feministas es el haber desplazado los derechos cívicos y laborales al terreno sexual; lo único que lograron es una real mutación, volviendo el género masculino en pusilánimes afeminados y cobardes. En el grado extremo y negativo, estos ejemplares se conducen como criminales, y los más insignificantes en groseros y desprovistos de virilidad. Tengo tantos ejemplos que sería una pérdida de tiempo evocarlo y fuera del tema tratado.
Volvamos al asunto de la filiación.
Por más que se quiera reivindicar la libertad de la mujer para tener amantes múltiples, y traer al mundo varios seres nacidos de diversos acompañantes de paso, hay algo que para mí es el peor insulto que pueda recibir una mujer:
El que un señor la deje con un crío no reconocido, es decir que se quede con la carga de un BASTARDO para toda una vida, arrastrando la deshonra de ella y la de su crío que será un bastardo ad vitam aeternam.
Si un señor se escapa y no contrae matrimonio ni le reconoce el crío, quiere decir que aquella que dejó embarazada no ha sido para él merecedora de respeto para ser la madre de sus hijos, el llevar con orgullo su nombre, que además de representarlo a él, dándole su apellido paterno, él sabe que los protegerá del deshonor para toda la vida y con ello, garantizando sus generaciones futuras.
El quedarse con un bastardo es la peor de « las violencias conyugales », es la peor de las cachetadas que pueda recibir una mujer en respuesta sus « dones y gratificaciones » que en público y en privado la hicieron regocijarse, pero que, al final, se comprobó que todo era vacío e impostura.
Junto con la « prostitución elegante »( G.S.) que es el resultado fructífero en los círculos políticos y burgueses, hay que agregar esta situación desvalorizante para toda mujer que es la ausencia de filiación para con sus hijos, transformados en bastardos, aunque reciban por fuerza una « pensión alimentaria », bastardos que tratan por todos los medios de pasarlos bajo silencio, pero soportando la sanción social, esa terrible censura que murmurando por lo bajo, esa reprobación social tenebrosa y escondida, los aniquilará: madre e hijo en binomio maldito.
Esa censura social, yo la justifico, porque toca lo más íntimo del ser civilizado que se ha esforzado por salir de su estado animalesco. Estas mujeres que traen al mundo bastardos son mal nacidas y dejan la prueba de su indecente manera de conducirse. Que no pataleen, porque si fuese une decoración honorífica, no arrastrarían en justicia al señor que les dio el peor de los desprecios.
Este sentido íntimo de la filiación traspasa el contexto puramente jurídico, porque es algo congénito que está anclado en la humanidad que se ha esforzado y distinguido por salir de la animalidad para siempre; porque es sin duda alguna, una mancha congenital que nada ni nadie podrá jamás borrar, ni con títulos universitarios de bajos o altos estudios, ni con puestos de poder, ni con cuentas bancarias reventando de euros a profusión; no, porque el honor de ciertas mujeres que nunca aceptaron caminar por terrenos movedizos quedará incólume, fuerte como una roca y una barricada indestructible que la hará sonreír de satisfacción y orgullo frente a cada atentado contra su persona.
Esta fortaleza que es la nuestra, sale del saberse honrada desde antes de nuestro nacimiento, y se prolongará aún después de nuestra muerte, hasta más allá del fin del tiempo, porque hemos nacido con una filiación perfecta, de padre y de madre y podemos decirlo con ese orgullo que nos defiende de la adversidad más terrible:
Qué suerte he tenido de haber nacido de un padre y de una madre venerados y perfectos.
Carmen Florence GAZMURI CHERNIAK
Write a comment
You need to login to post comments!