SILENCIO
SILENCIO
Estimados Lectores de lengua hispana:
Voy a seguir los consejos de mis padres, no me ocuparé nunca más del exterior, ocuparse de «la sociedad», cuando esta práctica hacia ti «el desprecio» y que vives inserta en “la sociedad del desprecio» es volverse imbécil, voluntariamente.
La guerra en Ucrania me ha despertado y me vi yo misma, la inmigrante que sin haber sufrido ni muerte, ni tortura, ni bombardeo, llegué a Francia un día nevado de invierno, hace cuarenta años, con mi única maleta y la inmensa carpeta del pintor Hernán Gazmuri, para activar aquí en París, la « DONATION GAZMURI »al Museo de Arte Moderno.
Dejé en Chile casas, bienes, dinero, ahorros, éramos propietarios, y por Francia renuncié a todos mis bienes. Voluntariamente, me suicidé del pasado y de mi protección material; idiota que fui, me privé voluntariamente absolutamente de todo y me despojé del confort material que me dejó mi padre, que nos dejó mi padre a Mamá y a mí; vine Francia a empobrecerme y fui el objeto de sadismo y celos de las mafias de la administración educacional y « artística », esas que se solazaron en impedirme el desarrollo profesional y artístico que merecí.
Francia me despojó de todo; el punto culminante llegó en 2013, cuando el médico traidor, “le médecin Traître-Tant » le rehusó los cuidados de urgencia a Mamá y la asesinó voluntariamente.
Pero por ella, por mi padre, desarrollé un poder de resiliencia poderoso e indestructible, no me verán claudicar; bien por el contrario, ahora cambiaré de rumbo.
Lapidé todo el trabajo de mi padre de toda su vida para instalarme con mis propios medios económicos en Francia, sepan que jamás he pedido ayuda a Francia, porque llegué con una visa de turismo y jamás mi madre fue ayudada porque estuvo siempre a mi cargo, y en esa época no daban nada a quien llegaba como turista, yo no beneficié jamás del estatuto de «refugiada política».
Así, es que
« […] y al cabo nada os debo
me debéis cuanto escribo… »
Al final de mi vida, reconozco públicamente el haberme equivocado, mi error se lo debo a mi juventud, al haber vivido por procuración la vida de artista pintor de mi padre y el haber creído que Francia era aún el país romántico, idealista de los años treinta; llegué a vivir lo peor de Francia: los efectos mafiosos de «la sociedad del desprecio» A.H.
Y antes de que sea demasiado tarde, me retiro definitivamente del escrito social.
De la sociedad corrupta ya me liberé, porque vivo en ermita, me faltaba el retiro de la crítica social; desde hoy me dedico únicamente al arte, a mi arte, descartando todo tipo de gasto de energía inútil.
Hoy comencé la redacción de Mis Memorias, mi vida de Chile a Francia y sigo preparando mi próxima exposición virtual que expondré en este sitio en enero del 2023.
Así es que desde hoy no escribiré más que sobre cuestiones que me incumben descartando todo escrito social de actualidad.
No, no hay ninguna esperanza de cambiar el rumbo de la sociedad, esa ilusión es propia de los jóvenes, y hay que vivir con su edad, lo contrario es grotesco.
Mis padres me dijeron siempre: « dale la espalda a la sociedad, ella irá por su camino y nadie se ocupará de ti, piensa en ti y sé independiente, ayúdate sola, no pidas nunca nada a nadie»
A ese propósito, me llegó un llamado de la FNAC, llegó el último libro de Philippe Sollers, Graal; él el único escritor francés de valor que tenemos en Francia.
Me voy a París a comprarlo. En cuanto lo lea, escribiré mi crítica.
No, Andreï Makine no es un escritor francés, es un escritor ruso que escribe en francés.
Buen día a todos.
Nadezhda Carmen Gazmuri-Cherniak
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