LOS TREPADORES – PLANTAS ENVENENADAS
LOS TREPADORES
Plantas envenenadas y una nueva canallada
Estimados Lectores de lengua hispana,
Es a ustedes solamente a los que dedico este escrito.
El reposo obligado que la ausencia de conexión Internet me dio y el tsunami que significa el mudarse de casa, superados con gran valentía y esfuerzo, sobre todo cuando hay que vigilar que se sepa lo que es transportar telas de pintor y lo que significa el sustantivo “delicado”- “frágil”, porque generalmente lo delicado es para todos solamente la porcelana, tuve suerte, porque todo lo hicieron con gran cuidado; toda esta organización se vuelve una proeza de logística, el llegar a término del viaje con las telas por fin en tierra firme sin ser rasgadas y el ordenador salvado de que quede bueno para tirar a la basura. Para evitar un desastre apocalíptico, me lo traje todo el trayecto en la falda y abrazándolo cubierto con una frazada de miedo de que una frenada brusca pudiese darle un golpe. ¡Sin ordenador se acaba para siempre la escritura! Y, no tengo para cuando comprarme uno nuevo; a menos que llegue otro D.H. Kahnweiler
En medio del volcán que significa cargar el camión, descararlo y luego poner de nuevo todo en orden, por fin en ya estamos todos a salvo, “todos” quiero decir mis cuadros, mis libros y este computador que escribe mis pensamientos, él es la prolongación de mi cerebro, magnifico artefacto sin el cual no puedo existir, porque si no escribo ni pinto me muero; ya ven puedo retomar el contacto por el aire virtual, esta vez para contarles mis últimas experiencias con ciertas plantas trepadoras de esas que creyeron que iban a ser los nuevos vegetales venenosos y altamente productivos para agregarme, siempre riéndose de mí, una espesura nueva a la ya bien cargada salsa envenenada de mis pasadas desgracias.
Son de esos que allá todos llaman “hijos de papá”, a esta categoría se le agrega otra bien distinta, es su contraria, pero los mismos objetivos que las motivan las hacen acercarse y borrar sus diferencias. En lo que voy a contarles se confunden dos categorías, los que de nacimiento son “hijos de papa”, y que se confunden con los otros que no los son de nacimiento y que gracias a lo que aquí se llama “la ascensión social” comienzan a trepar y por mérito; éstos alcanzan a llegar a las universidades y escuelas que forman para obtener los títulos que les permitirán ejercer las prestigiosas profesiones libres; esos distinguidos trepadores que saben ascender y que su único propósito es “subir” en la escala social; la codicia del dinero y el prestigio dos elementos vitales en este asunto.
En los primeros “Trepadores”, lo que rige es “instalarse”, juntar dinero para dentro de dos años como máximo: CASARSE, ¡Oh!, pero que logro magnífico, recién recibidos ya están haciendo la búsqueda selectiva, ¡una joven recién salida de Sciences Po!”, de la Facultad de derecho, de la mejor Universidad de medicina, claro… eso luce bien en sociedad, que bien es decir “y, ¿qué profesión tiene? ¿Es abogada? ¿Es médico?, ¡Oh qué bien!”. La famosa es una niña modosita, con fortuna, padres con influencias, viven el mejor barrio de Paris, una villa de lujo como « maison secondaire » de vacaciones, reputación de familia, con o sin partícula de, un nombre de prestigio asegurado; dentro de poco comenzarán los planes para empezar a organizar el próximo noviazgo, hay que hacerlo saber, que circule la información, lo seguirá el matrimonio; el primer hijo no se hará esperar, lucen los hijos como si fuesen « trofeos », todo el asunto que se acompaña y termina; no, todo comienza en la maternidad de la mejor clínica de Paris, Ah! ya los quiero ver, ahora ellos jovencitos estarán encargados de rebajarse como lacayos a empujar la poussette, “ayudar a la jovencita escogida en cuestiones domésticas de las más idiotas y agobiantes, porque la época post moderna hace que “los hombres” (¿?!) ‘participen al obligado “asueto paterno” volviéndose pour orden estatal, mitad hombre, mitad mujer, ¡¡¡ híbridos personajes de los que escapo a mil leguas!!!
Aunque sea en el mejor barrio de Paris, ¡lo ridículo no se borra!
Al final de la semana hay que hacer las compras, aquí se llama “faire le plein”, llenar la despensa, ¿hacer las compras en automóvil? ¡No! ¡Pero qué ocurrencia! ¡qué vulgaridad! Ahora se hacen las compras “vía Internet”, ser hacen despachar los cartones voluminosos con los más diversos y costosos alimentos, hay que verlo, ¡en la alimentación se demuestra también el nivel social!
Las compras de pañales, leche, biberones, etc, etc, un maravilloso programa del más alto grado intelectual, allí verán cómo se enredarán para toda la vida que les queda de “juventud” esa que los hace vanagloriarse hoy en día; se disipará en un segundo, ya que se verán atrapados en el ejercicio de la domesticidad de las más elaboradas; sin darse cuenta empezarán a ver aparecer las primeras canas, luego la calvicie, y las ojeadas inevitables hacia otros vientos, es lógico, es el comienzo del más profundo de los fastidios, eso que se llama rutina y que desemboca en como un grandioso aburrimiento existencial; tratando de esquivarlo aferrándose a los últimos años de la juventud; esa juventud que creían eterna, cuando se creían eternamente jóvenes victoriosos, ¿ven? Se les pasó el tiempo, sin darse cuenta tratando de TREPAR, el castigo de la naturaleza, más poderosa que toda la filosofía del mundo.
¡Porque la teoría filosófica más seria y potente no es capaz de evitar lo que la madre natura nos reservará a todos con su fuerza de nivelación avasalladora que se ríe de los Trepadores y de la ascensión social!
Esta nivelación no se hace esperar, ni el más bello barrio de Paris, ni la cuenta bancaria más repleta de dinero, ni las nuevas “Cartas Bancarias de contacto” les impedirán tal vez atrapar un cáncer fulminarte, la muerte, las enfermedades incurables, el envejecimiento, todo llega, nada se puede impedir ni ahorrar.
La naturaleza se vuelve la única maestra niveladora de las diferencias entre los que jamás no hemos preocupado por volvernos en plantas trepadoras, porque para nosotros lo que importa es SER y no TENER.
Los otros tipos de Trepadores no quieren otra cosa que subir al “Ascensor social” para olvidar las penurias de la pobreza y el desprenderse del desprecio social endémico, sin embargo ese afán por escapar de un nacimiento lleno de desventajas, los hace confundirse con los primeros Trepadores; unidos por la misma codicia, fundiéndolos en un miso deseo de TREPAR que les borra las diferencias de nacimiento, origen y pensamiento; en esto los odios mutuos de clase son olvidadas las diferencias políticas y, también las religiosas; porque cuando se encuentran dos colegas del mismo género “trepador” todo lo que los separa abisalmente desde el comienzo desaparece.
Es divertidísimo hacerles el análisis. Hace unos siete años encontré en mi camino una mujercita asiática emocionante; escribí un escrito que se titula “Una pequeña mujer asiática”, la encontré en un miserable lugar; se puso a conversarme y me dio su visión de la vida sin haber jamás tomado un libro de Leibniz era capaz de desarrollar una visión de la vida absolutamente extraordinaria de lucidez mental.
Su devisa existencial estaba resumida, al igual que Leibniz en una sola pregunta: “porqué hay algo, más bien que nada?”
Lo que me dijo fue mejor que cien páginas del filósofo alemán, su reflexión filosófica no la olvidaré jamás, porque en el fondo su resumen de la vida es una frase malruciana, dicha por Garine en La condición humana”: se toman setena años para formar un hombre y cuando ya está hecho, él sabe que deberá morir”
Ya sé, los espíritus simples me alegarán, pero que quieres, eso es “la vida”, mas no, ustedes y yo sabemos que “eso” no es la vida, lo importante es la forma en que tomamos ese cortísimo tiempo biológico que se no ha dado, ese tiempo cortísimo que es nuestra vida merece respeto, es en “la manera” como lo utilizamos lo que nos hace diferentes, especiales y que nos salva de la MEDIOCRIDAD de la vida, es eso lo que no saben las plantas trepadoras y envenenadas.
Bueno basta de didascalías, vamos a lo esencial, les estaba contando mis últimas experiencias vegetales con plantas envenenadas.
Son de esos que salen victoriosos con un diploma de “prestigio”, como si las otras profesiones lo fuesen menos, pero hay un consentimiento unánime, general y mundial que han dejado como acuerdo que ciertas profesiones “liberales” otorgan prestigio y dinero y las otras están relegas a la última categoría social. ¿Porqué? Ya lo analizó perfectamente Horkheimer, las profesiones como las de profesor, pagadas por el Estado nos trata como de “Bêtes de Somme”, las otras son libres, los profesionales son Libres, cobran los honorarios según la chequera del cliente; los que no tienen bien aprovisionada la cuenta bancaria, pues manténganse a distancia.
Esos me ven de una manera rotundamente negativa, yo sé perfectamente lo que están pensando…¿Saben cómo me ven?
¡Y, aquí es para morirse de la risa!
Yo soy para esos jovencitos recién titulados; que comienzan a “vivir” a tanteos existenciales y profesionales, puede resumirse en esto: una vieja algo descarriada que sale con extravagancias intelectuales y artísticas que nadie toma en cuenta, “ella dice que…” “Ella cuenta que es la hija del pintor Hernán Gazmuri y que su Madre CLARA era pianista y que se la asesinaron aquí en Paris, en el año 2013, primero por su doctor de cabecera, que ella lo llamó “ Docteur Traître-Tant” un médico Traidor y luego sus tres amigos médicos Colabos, cómplices que terminaron de matarla como se mata a un animal en el hospital donde Nadezhda llevó a su Madre contra la orden del Traidor; más ya ven, nadie la tomó de apunte, etc., etc., etc. ¡Nadie le da crédito!” “¡Ya ven, esa no tiene ni un centavo…!” Nada de interesante su caso, vamos a aceptarla para reírnos de ella un poco. En todo caso no cuesta nada engañarla, no corremos ningún riesgo, si se le ocurre denunciarnos por las canalladas que vamos a hacerle, le tomará tiempo en ser creíble y al paso de la justicia francesa, tenemos tiempo suficiente para reírnos de ella”
Sí, eso es lo que piensan de mí esos jovencitos recién diplomados.
“Luego nos cuenta que … Más nadie tampoco le ha creído, porque perdió el juicio delante del Consejo del Desorden” Yo soy tan estupendo, tan elogiado, ahora tengo dinero, ¡me instalé en uno de los mejores distritos de Paris! ¡Mis logros son reconocidos, puedo hacer lo que yo quiero con esta vieja, ahora soy YO el que manda, ya verán, esa no tiene ni un céntimo, no podrá nada contra mí!
Voy a aprovechar bien este período ¡¿me exige trabajo? ¡no pienso hacerlo hasta el último minuto!
¿Me escribe cartas recomendadas?
Que se quede con sus cartas LRAR, YO, porque YO soy YO, no pienso contestarle ninguna, que se espere, que sufra, ya la veo, ¡la voy a cocinar bien!
Si, claro espérate estúpido, espérate nomás que me voy a quedar callada, porque sin un centavo ¡y con Clinutrén llegaré a mi fin!
ESTE TIPO DE PROFESIONAL CRETINO ES LO MÁS CORRIENTE AQUÍ EN FRANCIA:
“A mí venirme con exigencias, ¿quién es ella? ¡Ella tendrá que OBEDECERME! No es ella la que me paga, ella no es nadie ¡y YO seré creíble, porque SOY YO, ¡el profesional más estupendo de Paris!
y ella la que es AYUDADA! Es el Estado el que me pagará, no ella.
¡Y como el Estado no me pagará más que una miseria y sólo al final, YO me siento explotado!
¡Y eso es lo que dicen estas plantas envenenadas!
A todos estos cretinos jovencitos les he dicho siempre: mire usted, vaya a reclamarle al Ministro de la Injusticia y Garde des Sceaux, no a mí, porque yo no soy responsable del movimiento judicial de SU país. Pues si no le va la modalidad, no acepte mi carpeta, pero no me venga con reproches ulteriores, ya que su obligación es la de trabajar la carpeta que se le confió, yo ya trabajé extensamente mi parte, ¡ahora es su turno el trabajar para lo que se le ha mandado señor!
¡¿Y qué es lo que ha trabajado este miserable?!
¡NADA, Señoras y Señores!
“[…] ¡¿Que no sabe la Gazmuri que ella no es NADIE y, que YO soy YO?! ¡Un joven profesional de un distrito reputado donde estoy haciéndome una estupenda clientela hupé del más puro Paris! La aplastaré, porque no me adula, no mes “respeta” se cree importante y no tiene más que Clinutrén para salvar los fines de mes, a mi venirme me con esas, ¡que se espere! ¡Que sufra, la voy a torturar lo más que pueda!”
Eso es lo que comenta con sus amigotes, groseros y trepadores como él.
Pobres miserables monigotes de pacotilla.
Y esos jovencitos recién salidos de la última horneada de privilegiados que se pavonean creyendo que prontito me cocinarán en la gran olla del desprecio, para convertirme en una salsa envenenada como ellos, ¡Riéndose de mí y comentando sus salvajadas en uno de los mejores restaurantes y de los más prestigiosos de París!
Yo no sé para cuándo ese proyecto, porque al ritmo actual del Covid, ¡Tienen para rato el programar divertirse por mi cuenta!
¡Porque al cabo, les corté la respiración de cuajo!
¿En qué consiste el proyecto de vida de estos cretinos?
Primero estudian en excelentes liceos, dar el nombre en sus almuerzos familiares de domingo ya es anunciar en público y con gran regocijo, ¡la vía gloriosa de “hijo menor!”
Luego la entrada en una universidad de prestigio… ¿Assas? ¡Por supuesto!
No saben estos cretinos que hace dos años, en 2018, postulé mi entrada en la facultad de derecho, fui aceptada por currículo.
No, qué van a saber esos; si no pude inscribirme fue porque el ilustre Decano me rehusó la beca, ¿de dónde iba yo a sacar 2000€ para inscribirme en primer año de derecho? ¡Lo importante es que fui seleccionada en 5 universidades, incluyendo Assas!
¡Vale! ¿les sigo contando mi cuento?
Aquí va…
Luego de inscribirse en la mejor Fac, un triunfo nacional será cuando el “chéri” será por fin “diplomado”; un gran porvenir se anuncia para él.
¿Como se logra el volverse una planta trepadora en Francia?
¡No solo en Francia, en Chile es lo mismo! Y en todos los países del mundo ¿Que no lo sabían?
Hay que hacer una copiosa “vida social” para diplomarse de PLANTA TREPADORA.
¿Cuál es el programa?
Cenas y almuerzos con gente de poder, ¡de esas que aquí se llaman “au bras long;” esos cretinos están convencidos de que lo que para ellos es un triunfo, lo es igualmente para mí!
¡Que insulsos, unos perfectos idiotas!
Una vez que se les abre la puerta del ascensor social y que cambian de Gabinete subiendo del Primer distrito al dieciseisavo o al octavo; evitando cuidadosamente el diecisiete, dieciocho, diecinueve y veinteavos distritos porque aquí son los peores, la primera etapa esta lograda. La Planta Trepadora aterrizó por fin en buen territorio.
El muro de la planta trepadora y envenenada ha sido recorrido y “los jovencitos” que en el fondo no los son verdaderamente, son ellos los que se dan los aires de eternos “ados”, porque están bien situados “in il mezzo camino de la mia vita”.
La clientela se acrecienta en número y en cuentas bancarias, esos sí que, valen la pena, esos son verdaderos CLIENTES, de esos que abren rápido la chequera.
¡A esos se les escriben los informes jurídicos de un tirón y altiro, no hay que hacerlos esperar! ¡A la Gazmuri se la hace esperar, porque ELLA NO ES NADIE! No tiene ni un centavo y nadie que nos controle.
“Si perdemos el juicio, lo más seguro, ¿qué importa? Al cabo para lo que me importan sus juicios, redactaré el informe apoyándome en el de ella, modificaré por aquí, por allá; claro como no es su lengua materna, ¡no sabe expresarlo como YO! Pondré los Artículos de ley que corresponden, haré un “copier-coller” y basta, en unas pocas horas lo terminaré, no más de cuatro páginas, el encabezamiento de MI TÍTULO hará el efecto esperado, ¡el juez o la jueza vera que YO trabajé!
¡La Gazmuri no podrá probar lo contrario!
¡¡¡Porque YO soy YO!!!”
“¡Con este caso Gazmuri hay que esperar el final del juicio para ser pagados de” clopinettes” no vale la pena aceptar clientes como la Gazmuri!”
¡Y lo peor es que ella exige que se la trate como a los otros clientes QUE PAGAN!”, pero, de donde sale ésta?
Bien, el cuento llega hasta aquí.
La ultima parte se las contaré la próxima semana, o el próximo mes.
Este cuento es una historia que se cuenta en varios episodios.
Un tejido que no se acaba nunca. Es así como lo manda Francia; me obliga a recomenzar lo que he tejido en el día y, lo veo deshacerse por la noche. No porque yo lo quiera así, sino porque los cretinos me obligan. Es algo así como el cuento de las mil y una noches, varios métodos de cuentos se mezclan, porque Francia es muy especial y este tipo de plantas Trepadoras y envenenadas son un problema mundial; la mala hierba, nace, crece y se reproduce por todo el mundo, donde ha tierra, sale la mala hierba y estamos obligados a sacarla de cuajo.
¿Pesticidas et insecticidas?
No, yo tengo uno muy eficaz y que no contamina a la que lo emplea, mi pesticida para acabar con las Plantas Trepadoras es LA PALABRA.
Les aseguro que su efecto es asegurado.
Nadezhda Gazmuri-Cherniak
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